La serie de rivales complicados en casa no se cierra aún, ya que el próximo visitante será el Real Madrid, el sábado 16 de octubre El Málaga ha marcado y recibido once tantos en un dato agridulce que refleja el riesgo de su apuesta

El Málaga volvió a las andadas. Pese a que en Getafe pareció mostrarse más entero en el plano defensivo, bastó que jugara otra vez en La Rosaleda para que se repitiera su fragilidad para contener alas acometidas del rival. La derrota por 2-3 ante el Villarreal anoche implica un dudoso mérito: el Málaga es el equipo más realizador de la Liga, pero también el más batido. En ambos casos, con once tantos en su casillero, lo que le convierte en el equipo que más emociones asegura. Este dato agridulce refleja el riesgo de su apuesta de juego.

Un análisis más sosegado invita a observarlo todo desde otra perspectiva. Quizás al Málaga no le vaya bien al cabo de las jornadas ese juego de dar golpes y recibirlos, porque la mejora del equipo en la competición ha de partir de un mayor equilibrio táctico. Si a la afición le maravilla su capacidad ofensiva, no es menos cierto que genera frustración esa facilidad con la que los rivales se acercan al área en los partidos en La Rosaleda.

«Claro que me preocupa»

«Claro que me preocupa recibir tantos goles como se marcan -certificó ayer el propio Jesualdo Ferreira-, en especial la pérdida de agresividad y concentración en el juego frontal. Máxime con equipos que tienen buenos jugadores». En este sentido, no se puede olvidar que el equipo ha recibido de forma consecutiva en su estadio a rivales de la capacidad del Valencia, el Sevilla y el Villarreal, todos ellos inmersos en competiciones europeas. La serie de compromisos difíciles en casa no se ha cerrado, ya que el próximo visitante será el Real Madrid (el sábado 16 de octubre, después de un nuevo parón por la disputa de partidos de selecciones). Por todo ello, para el Málaga será fundamental lograr un buen resultado el próximo domingo (17.00 horas, PPV) en Almería.

Aunque parezca difícil de creer para un equipo que la pasada campaña certificó la permanencia en la última jornada, el Málaga a estas alturas ha marcado más goles que el vigente campeón, el Barcelona, y que el todopoderoso Real Madrid de Mourinho. La diferencia es holgada: lleva dos dianas más que los azulgrana y cinco más que los blancos. Su rival más cercano en este aspecto fue su contrincante ayer, que suma diez y tiene al 'pichichi', Nilmar. En cambio, en el Málaga, el reparto de los tantos es más equitativo: Rondón lleva tres; Juanmi y Fernando, dos; Eliseu, Sebastián Fernández, Apoño y Quincy, uno.

Lo que resulta más sangrante son los once goles encajados en cinco jornadas, repartidos entre Arnau (tres), Rubén (otros tres) y Galatto (cinco). Por encima de los diez del Levante y los nueve de la Real Sociedad y el Sporting, los más frágiles. Solo en La Rosaleda se ha recibido ya la friolera de ocho en tres partidos, un problema importante. No obstante, Jesualdo Ferreira trata de ser optimista ante la situación creada. «Hay que aplaudir lo que se hace bien también -suele repetir en cada rueda de prensa y lo volvió a hacer ayer-, y creo que el Málaga en este partido ha tenido momentos con buena actitud», afirmó tras el choque de anoche contra el Villarreal.


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